EL PROYECTO

¿Pueden los monumentos destruidos ser reconocidos en su valor patrimonial e histórico? ¿Acaso pueden los monumentos reapropiados y resignificados formar parte del patrimonio cultural institucionalmente establecido? La presente investigación busca abordar los procesos de redefinición actual del campo patrimonial en Chile en la última década. En un sentido amplio e inicial, entendemos por redefinición actual del patrimonio al conjunto de hitos urbanos compuesto por diversas praxis materiales, narrativas y simbólicas que ponen en desequilibrio el concepto canónico del patrimonio cultural de la nación, lo que abre su transformación material y relacional, que amenaza el discurso establecido sobre lo tradicionalmente entendido como patrimonio y sus criterios de autenticidad e historicidad. En términos analíticos, comprendemos tres disputas: la destrucción y reconstrucción del patrimonio, como una lucha permanente entre los movimientos sociales y el Estado; los intentos e insistencia por desafectar legalmente algunos monumentos, como una lucha entre las memorias sociales y los intereses económicos y el negacionismo histórico; y las contranarrativas a los patrimonios, como una lucha por resignificar y travestir los fundamentos históricos que le dan vida y permanencia a dichos monumentos. En estos tres contextos, se evidencia las fricciones entre pasado y presente, donde el patrimonio, sospechamos, actúa como una superficie “en blanco” para expresar y corporalizar la fricción política que encuentra un necesario exponente en el patrimonio y su violenta intervención, y que en su expresión más íntima, cuestiona el valor histórico del patrimonio que sobreviene así, en el cuestionamiento a “lo histórico”. Así, la investigación se pregunta; ¿qué memorias e identidades se disputan en los procesos de redefinición del patrimonio cultural? ¿A través de qué relatos y prácticas – sea de desafección, destrucción, o contranarrativas patrimoniales – se redefine el patrimonio cultural del Chile actual? Partimos de la premisa que, más allá del evidente desplazamiento crítico en la relación con el pasado, la memoria y la identidad, las fisuras del modelo político, económico y social neoliberal desestabilizan el campo patrimonial expresándose en acciones que incluyen la destrucción y la desafección, pero también la apropiación, resignificación y emergencia de contranarrativas patrimoniales y nuevas monumentalidades.