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IGLESIA LA VERACRUZ, BARRIO LASTARRIA.
La iglesia de la Veracruz es un templo católico de estilo neoclásico ubicada en el barrio Lastarria de la ciudad de Santiago, dentro de los límites que hoy se conocen como “zona cero” del estallido social. El área inmediata del barrio reúne construcciones y calles de características arquitectónicas patrimoniales, dentro de las que destacan el cerro Santa Lucía, declarado Monumento Histórico, y el Parque Forestal, declarado Zona Típica.
Hacia 1847, y como un modo de estrechar lazos de amistad entre Chile y España, el encargado de negocios español Salvador de Tavira propuso construir la iglesia para homenajear la imagen de Pedro de Valdivia, a propósito del aniversario número 300 de su muerte y en el lugar donde se creía que el conquistador había vivido. Por gestiones de la institución eclesiástica, y con financiamiento fiscal y ayuda económica del gobierno español, la iglesia de la Veracruz comienza a ser construida en 1852, a cargo del arquitecto Claudio Brunet de Baines. Luego de su fallecimiento en junio de 1855 la construcción queda a cargo del connotado urbanista de la época Fermín Vivaceta. El inmueble es inaugurado anticipadamente durante las fiestas patrias de ese mismo año, aunque su construcción finalmente concluye en 1857. El templo recibió su nombre como homenaje a la introducción de la fe católica en América y porque aparentemente conservaba en su interior una reliquia de «La Veracruz» (verdadera cruz), una astilla de la estructura en que fue crucificado Cristo.
El templo y sus dos casas aledañas, construidas para usos parroquiales, fueron declarados Monumento Histórico en 1983, durante la dictadura cívico-militar y bajo el decreto 166 del Consejo de Monumentos Nacionales, por su valor histórico y arquitectónico. Desde 1998, está incluida además en la Zona Típica Mulato Gil de Castro.
La iglesia de la Veracruz ha estado permanentemente presente en la vida social del Barrio Lastarria. A lo largo de su existencia ha sido un lugar de encuentro para sus feligreses y se han realizado diversas actividades religiosas como bautizos, velorios y eucaristías diaria y dominical. No obstante, también se ha convertido en un espacio en disputa, por lo que ha sido objeto de diversas acciones y ataques en el contexto del estallido social iniciado en octubre de 2019, incluyendo intentos de saqueo e incendios, además de rayados e intervenciones en sus muros. El 12 de noviembre de 2019, en el marco de una jornada de manifestaciones y en un confuso incidente que aún es materia de investigación, la iglesia sufre un ataque incendiario que dañó gravemente el frontis e interior de la construcción, además de algunas estatuas y bancas. Por estas razones, la iglesia se vio en la obligación de cerrar sus puertas de forma indefinida, blindado sus puertas y ventanas con placas metálicas y prohibiendo el acceso al público.
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